¿Qué ver en Croacia?

Los 6 lugares más impresionantes que debes visitar si viajas a Croacia

1. Parque Nacional de los Lagos de Plitvice

(En la foto principal) Es una visita obligada para cualquier persona que decida viajar a los Balcanes. Destaca por su belleza, su espectacularidad y su gran estado de conservación. Este parque natural, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, fue candidato a convertirse en una de las siete maravillas naturales del mundo, y con razón. El parque está formado por 30.000 hectáreas que incluyen 16 lagos y 92 cataratas y cascadas.

La mejor forma de llegar es en coche, aunque también hay autobuses que salen de las principales ciudades del país. Si vas con tu coche, como fue nuestro caso, mi consejo es que madrugues y vayas bien temprano, especialmente si viajas en temporada alta (julio y agosto), ya que solo hay dos parkings y se llenan. Nosotras llegamos al mediodía porque encontramos atasco para venir desde Zadar (a 150 km) y los parkings ya estaban llenos, así que nos tocó dar unas cuantas vueltas hasta que por fin volvieron a abrir uno de los parkings. Si puedes, aparca en el parking 1 y accede al parque por la entrada 1, de este modo te encontrarás de frente con la joya de la corona: la gran cascada que, con sus 78 metros de altura, es la cascada más alta del país. Las vistas son espectaculares.

2. Isla de Mljet

Su abundante vegetación, sus playas de arena fina, su Parque Nacional y el encanto de sus pueblos hacen de esta isla, de 37 km de longitud y tan solo 3 km de ancho, una de las más atractivas y paradisíacas del Mar Adriático. Mljet es una isla muy virgen, ideal para desconectar y para relajarse. La tranquilidad y la poca masificación turística son dos de sus principales caracteríticas. Aún así, en Mljet no hay sitio para el aburrimiento. Si buscas un poco de acción, hay varios planes que no te defraudarán, como por ejemplo la ruta en bici por el Parque Nacional de Mljet, la visita a la Cueva de Ulises o la visita a la playa de Adán y Eva.

3. Dubrovnik

Conocida como la Perla del Mar Adriático, Dubrovnik (antiguamente llamada Ragusa), es la ciudad más turística del país con cerca de 20 millones de turistas al año. Y es que el encanto de esta ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979, es innegable. Sus impresionantes murallas y sus calles de mármol nos recuerdan su larga historia, plagada de invasiones, guerras y desastres naturales.

4. Isla de Hvar

Hay cuatro aspectos clave que caracterizan esta isla: la fiesta, el lujo, las playas y los campos de lavanda.

El pueblo de Hvar es el punto más turístico de la isla, del cual destacaría el centro histórico, la catedral de San Esteban y la fortaleza La Spanjola, como principales bienes de interés cultural. La fortaleza se sitúa en la cima de una colina que se puede ver desde cualquier punto del pueblo y, si tienes tiempo, merece la pena subir hasta ella para disfrutar de unas vistas preciosas.

5. Parque Nacional de Krka

Cerca de 90 km (1 hora en coche) separan este precioso parque natural de Split. Aunque menos espectacular que los Lagos de Plitvice, el Parque Nacional de Krka es una visita que merece mucho la pena si estás en Croacia. La mejor época para visitarlo es en primavera, ya que hay menos turistas y la cantidad de agua que cae por sus cataratas es más abundante, sin embargo, la ventaja de ir en verano es que las temperaturas son más elevadas y puedes aprovechar para darte un baño en la zona que hay habilitada para ello. Cabe destacar que este es el único parque natural de agua dulce en todo el país donde está permitido el baño.

6. Split

Split, con más de 200.000 habitantes, es la ciudad más importante de Dalmacia y la segunda más poblada de Croacia después de su capital, Zagreb, que se encuentra a 380 km.

Lo más impresionante de Split es sin duda el Palacio de Diocleciano, que se encuentra en el centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. El emperador romano Diocleciano mandó construir este impresionante palacio en el siglo III con piedra caliza blanca procedente de la isla de Brac.