Ruta por el tesoro Jemer de la selva de Camboya

La ciudad perdida Jemer

La tenue luz que anuncia el amanecer rodea las bicis que recorren los escasos cinco kilómetros que separan la ciudad de Siem Reap del yacimiento arqueológico de Angkor. En su templo más famoso, Angkor Wat, los primeros rayos de sol van coloreando de rosa las grandes torres que se elevan sobre la selva.

Los historiadores consideran que el Imperio jemer empezó el año 802, cuando el rey Jayavarman II se autoproclamó devaraja (rey-dios) y trasladó la capital a Hariharalaya, al este de la actual Siem Reap. A finales del siglo ix, Yasovarman I instaló la capital en la nueva ciudad de Yasodharapura, también conocida como Angkor.

Un centenar de templos

Además de la bicicleta, hay varias opciones para visitar el enclave arqueológico de Angkor. En Siem Reap se puede alquilar una motocicleta con conductor, un tuk-tuk o un coche, aunque este último medio de transporte le resta encanto a la visita. En bicicleta, el calor y la distancia entre los templos puede pasar factura conforme avanza la jornada. Contratar a un guía que explique el origen de la ciudad y el significado de los detalles arquitectónicos de los templos puede ayudar a entender la complejidad y riqueza de aquel reino.

Los 216 sonrisas del bayon

Saliendo de Angkor Wat en dirección norte se llega a la puerta sur de Angkor Thom, la última de las capitales construidas en la zona, que en su momento cumbre llegó a contar con una población de un millón de personas. La ciudadela fue construida tras al saqueo de la anterior capital, Yasodharapura, por parte del reino Champa en 1177. El impulsor de Angkor Thom fue el rey Jayavarman VII, una de las figuras más importantes en la historia jemer pues en el siglo xiii declaró religión oficial el budismo mahayana, dejando atrás siglos de veneración hinduista. Desgraciadamente, su obsesión por las ostentosas construcciones acabó por drenar al reino que, a su muerte, entró en la larga crisis previa a su extinción.

La restauración del templo de baphuon

Los trabajos de restauración del templo de Baphuon se detuvieron en seco debido al golpe de estado perpetrado por el general Lon Nol, que derrocó al presidente Norodom Sihanouk en 1970 y llevó a una guerra civil que daría el poder a los Jemeres Rojos en 1975. Este partido comunista comandado por Pol Pot quiso destruir cualquier atisbo de sociedad burguesa y convertir Camboya en una gran cooperativa agrícola mediante un régimen basado en el terror. En los cuatro años que duró su gobierno, hasta que los vietnamitas los expulsaron en 1979, murieron alrededor de dos millones de personas –un cuarto de la población del país– a causa de torturas, ejecuciones masivas, trabajos forzados y hambrunas.

Angkor thom, la última de las capitales

Volviendo a la avenida principal y continuando en dirección norte, se llega a la espectacular Terraza de los Elefantes, que era usada como plataforma por el rey y su corte para contemplar las ceremonias y los desfiles militares. Esta terraza formaba parte de la fachada del Palacio Real, del que se han conservado algunas puertas, parte de las murallas y el Phimeanakas, un santuario piramidal y escalonado que ya se integraba en Yasodharapura, la capital antes de que Angkor Thom fuera construida.